El concepto satélite se puede referir a dos cosas: un satélite natural es un cuerpo celeste que orbita un planeta u otro cuerpo más pequeño, al que se denomina "primario"; no tiene luz propia, tal como los planetas. Por ejemplo la Luna, que es un satélite, gira en torno al planeta Tierra.
En cuanto a los satélites naturales, estos son más pequeños que el astro al que rodean, y son atraídos recíprocamente por fuerza de gravedad. Por lo general, aquellos satélites que giran en torno a planetas principales se les denominan lunas, pues se les asocia al satélite de la Tierra, la Luna.
Por otro lado los satélites artificiales, al ser creados por el hombre, y a diferencia de los naturales, son colocados arbitrariamente en una órbita para que gire en torno a un astro determinado. Por esta razón, es posible modificar su trayectoria.
Los satélites artificiales resultaron ser una coyuntura para la historia de la astronomía. Un aparato que está otorgando constantemente información de un astro en particular sin necesidad de haber una persona en la zona en cuestión. Si lo pensamos con atención el concepto es una verdadera maravilla y gran logro de la humanidad.
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